lunes, 29 de junio de 2009

Cerrado por vacaciones

La ventaja de los libros es que puede uno sumergirse en escenarios de ficción (que mantienen suficientes lazos con la realidad como para reconocer el lugar real que los inspiraron, pero que no están sujetos a más normas que las literarias) sin más riesgos que los consecuentes a un síndrome de Alonso Quijano, por así decirlo. Así, puede uno disfrutar visitando Macondo de la mano de García Márquez, Comala de la de Juan Rulfo, Región de la de Juan Benet, Yonapatawpha de la de Faulkner o, qué se yo, Promenadia de la de Ricardo Menéndez Salmón, y disfrutará uno más o menos según sus propias preferencias como lector, pero la mayor parte de las veces saldrá indemne, aunque probablemente cambiado, de la experiencia. Sin embargo, ese poder mágico de los libros no lo tienen los periódicos, y mucho menos el BOE, de modo que de las visitas frecuentes a ese otro escenario de ficción que es la España de Zapatero (que mantiene ciertos lazos con el real que lo inspira pero en el que, a fuerza de realismo mágico, no se respetan necesariamente las leyes que gobiernan la realidad), resultan peligrosas y cada vez resulta más difícil salir indemne. Sea gracias a confluencias cósmicas y comparecencias de portavoces aparentemente escritas por Paulo Coelho, sea por brotes verdes, negociaciones de financiación autonómica, espías pescadores o cualesquiera otros de los muchos recursos literarios que manan de la fértil imaginación del presidente y anidan en las lenguas de sus muchos acólitos, lo cierto es que este escenario de ficción se está convirtiendo en un sitio en el que resulta muy difícil vivir para contarlo sin riesgo de insania ni billete al frenopático, así que, en lo que a la crónica política se refiere voy a tomarme unas vacaciones anticipadas y cerrar el blog hasta septiembre, que el descanso, merecido o no, es necesario para que la mirada que dirijo hacia nuestro día a día, de por sí subjetiva, no se instale definitivamente en la ficción y a la vuelta pueda hacer el sano ejercicio de mirar desde la realidad no sin apasionamiento, eso sería imposible, pero sí sin prejuicios provocados por el agotamiento, que es lo que nos provoca a muchos ciudadanos la situación política de este país.
Conste que he centrado la crítica en la España virtual de Zapatero en primer lugar porque es quien gobierna y en segundo porque la decepción siempre es más fuerte que la simple disensión, pero ello no significa en modo alguno que el otro escenario que día tras día nos tratan de vender desde el principal partido de la oposición resulte ni más creíble, ni más atractivo para instalarse allí. Puede que la política del PP sea menos fantasiosa, pero de ningún modo se puede decir que sea menos dañina. Claro que tampoco conviene quejarse demasiado, podría ser peor, o si no que se lo digan a los italianos condenados a vivir en Malebolge, el octavo círculo del infierno que Dante reservó para rufianes, aduladores, prostitutas, funcionarios corruptos y demás.
En fin, que pienso emplearme desde ya en anclar bien los pies a la tierra, que es la mejor manera de soñar sin daños colaterales, y ojalá nuestros políticos hagan los propio durante el verano y entre baño y baño recuerden que detrás de las estadísticas y de los sondeos, incluso de los del CIS, hay personas reales con problemas reales que son los que deben solucionar en primer lugar.

viernes, 26 de junio de 2009

El niño que no supo pasar de Peter a Míster Pan

Dijo Larra de Godoy que era un hombre al que se le había concedido el funesto privilegio de contemplar su propia muerte, y he recordado estas palabras al conocer esta mañana la muerte (la biológica, la de verdad), de Michael Jackson, quien no obstante había desaparecido mucho tiempo atrás como artista, como el gran artista que fue, y vino a sorprenderle la muerte en el preciso instante en que preparaba la resurrección. Debe haber sido duro vivir tantos años sin otra cosa que hacer que contemplar la progresiva descomposición del cadáver de lo que un día fue uno mismo. Para los demás, la contemplación del inexorable proceso de putrefacción del artista que murió hace tanto tiempo no resultó nunca un espectáculo edificante, la persona que ocupó el lugar del músico no resultó digna de atención más que para psiquiatras y otros estudiosos de la fragilidad humana, de modo que la pérdida de ayer no es tan grande, la verdaderamente trágica sucedió hace mucho tiempo y el duelo, afortunadamentre, lo tenemos superado.
Recuerdo como cuando era un crío pocas cosas creaban más expectación que la salida de un nuevo videoclip de Michael Jackson, recuerdo que me impresionaban, aunque nunca me gustó demasiado su música por la antipatía que me despertaba como personaje (que se fue afianzando con los años), pero ahora, gracias a que he conseguido algo que él jamás consiguió, crecer, puedo valorar con más precisión su importancia como artista, la única de sus facetas que a la postre importa y que si bien no consigue ni debe conseguir eliminar las muchas fallas que tuvo como persona, una vez fallecido debe ser la que a la postre permanezca entre nosotros. Y hay que reconocer que, como músico, fue grande, muy grande, poseedor de un talento natural tan descomunal que a duras penas pudo someter a su voluntad, si es que alguna vez la tuvo.
A un personaje digno de admiración, a un personaje digno de lástima, a un personaje digno de reprobación, todo ello exageradamente, lo mejor que le puede pasar es desaparecer para dejar el camino libre a su obra, ojalá para ello no hubiera sido necesario que la frágil y enigmática persona que debía haber detrás lo hiciera también. Quedan ahora sólo sus canciones y ojalá se valoren por lo que son: grandes obras. En el rastro en forma de partitura que queda entre nosotros no hay sombra alguna de redención pero sí puede haberla de emoción, porque la música es fundamentalmente emoción y nada nos impide disfrutarla sin ligarla a más experiencias vitales que aquellas propias a las que nuestros recuerdos las unan. Y mi generación siempre recordará el vídeo de Thriller, Billie Jean, They don´t care about us (esa canción con un brutal ritmo de tambores que todo el mundo sabe cual es pero cuyo título casi nadie recuerda, incluido yo, que he tenido que buscarlo en youtube), y tantas y tantas otras canciones que forman parte de nuestras vidas. La tristeza que ahora inavada a quienes recuerdan con su música de fondo será proporcional a la importancia de esos recuerdos, a la intensidad con la que disfrutaron de su música, y ése es el mejor tributo al talento ajeno, llorarlo como parte de la propia vida. Me consta que Michael Jackson ha conseguido ese último éxito, tal vez el más grande de todos ellos, que hoy mucha gente ha sentido tristeza o ha llorado mirando hacia atrás y escuchándole desde dentro de su propia vida. Y no sé si él lo merece, pero sin duda quienes hayan tenido la sensibilidad necesaria para poner música a sus recuerdos y que ésta forme parte de ellos, de su vida misma, sí que merecen el mayor de los reconocimientos y de los abrazos, porque son ellos y no los egos de los autores quienes dan sentido a la música y, por extensión, al arte. Por ellos, especialmente por quien escribo todo lo que escribo, hago mía su pena e intento transformar en letras la punzada de dolor que tan a traición les ha sorprendido esta mañana.

lunes, 22 de junio de 2009

A Eduardo Puelles

Es sorprendente que todavía a estas alturas haya quien ante el atroz asesinato de una persona por parte de terroristas de ETA no encuentre otra declaración mejor para resumir su estupor que "era un buen vasco", algo que volvió a escucharse el viernes pasado. Tendría el lamentablemente asesinado Eduardo Puelles sin duda muchas características mensurables, seguro que se podían decir de él muchas cosas sujetas a clasificaciones y gradaciones y probablemente la mayoría de ellas buenas, pero su condición de vasco no era una de esas. Vasco, como español, zamorano, catalán o togolés, sencillamente se es o no se es y no existe más posibilidades de que una persona, en tanto que vasco, sea mejor o más vasca que otra de las que una piedra tiene de ser más o mejor piedra que otra. Lo triste es que invocar la calidad como vasco de una víctima, aunque sea producto de la perplejidad que siempre provoca que el horror se instale un día en tu vecindario sin aviso, indicio ni camión de mudanza, no deja de dar carta de naturaleza a quienes, desde su concepción excluyente y discriminatoria de la sociedad, respaldan, conciben, comprenden, justifican, perpetran o no condenan el terrorismo.
En cualquier caso, sirvan estas palabras como condena del vil asesinato de este ejemplar policía, como muestra de solidaridad hacia sus familiares, compañeros y allegados y como reconocimiento, uno más, de aquellos que, muy a su pesar, poseen esa otra cualidad no mensurable que los iguala a todos ellos y les reserva un lugar muy especial en nuestra memoria general como sociedad y particular como ciudadanos, la de víctimas del terrorismo.

miércoles, 17 de junio de 2009

Rabo Karabekian, avalista de Florentino

Visto que los bancos, para conceder créditos, no están tan interesados en las nóminas o en los contratos de quienes los solicitan como en las estadísticas goleadoras de aquellos para cuya contratación se solicitan, especialmente sangrante el caso de Cajamadrid quien además de prestarle 74 millones de euros al Real Madrid le concede, graciosamente, dos años de carencia no vaya a ser que a don Florentino Pérez le moleste tener que empezar a pagar inmediatamente, puede uno legítimamente preguntarse algo así, perdonen el sarcasmo, como: ¿y para esto refundamos el capitalismo? Y eso sabiendo que en realidad no lo refundamos, sino que permitimos que le dieran una manita de pintura y nos vendieran la misma moto de siempre como si fuera nueva, pero no habría sido mucho pedir, creo yo, que le encargasen el trabajo de cosmética a un pintor que no fuese seguidor de Rabo Karabekian, el personaje de Barbazul, de Kurt Vonnegut, que alcanzó la fama como representante del expresionismo abstracto hasta que, por motivos técnicos, se supo que, transcurridos unos años, la pintura se desprendía completamente del lienzo quedando éste con su blanco inmaculado original. Pues bien, la pintura con que trató de camuflarse el neoliberalismo salvaje que nos ha llevado a la mayor crisis recordada, ha comenzado a desprenderse apenas pasados unos meses de anunciado el trampantojo a bombo y platillo y comenzamos a ver a la bestia con la cara de siempre pero con una sutil diferencia, los ciudadanos de a pie ya no podemos aprovecharnos de ella, ahora está ya únicamente al servicio de sus próceres, quienes no se molestan en repartir migajas entre los simples mortales porque hasta éstas necesitan para mantener su tren de vida.

martes, 16 de junio de 2009

Las involuntarias verdades de Griñán

Don José Antonio Griñán, a la sazón Presidente de la mayor de las comunidades autónomas españolas, dijo ayer en una entrevista en Canal Sur que, aprovechando que se abría un periodo de unos dos años sin procesos electorales a la vista, habría que aprovechar para ponerse a trabajar en resolver los problemas de los ciudadanos que a fin de cuentas era lo importante. Cito de memoria, puede que no lo dijera así en su literalidad, pero básicamente el mensaje fue ese, y lo cierto es que cuando lo escuché me resultó plausible la intención, pero poco a poco fueron madurando sus palabras en mi cabeza y no tardé mucho en indignarme por la aceptación implícita que en sus declaraciones había, no por sabida menos dolorosa: en periodos electorales y preelectorales, los ciudadanos y nuestros problemas importamos un carajo, con perdón. Si tenemos en cuenta de los periodos preelectorales son, para muchos de ellos, los comprendidos entre la publicación de los resultados de una elección y la siguiente comparecencia ante las urnas, el panorama es desolador. Podría agradecerle al señor Griñán la sinceridad, raramente vista en nuestros políticos, pero no es un ejercicio que esté dispuesto a hacer en primer lugar porque probablemente fuera involuntaria, y en segundo porque resulta imperdonable semejante concepción de la politica (imperante, por lo que se ve, ya que no he encontrado ninguna reacción a la entrevista) según la cual el trabajo de quienes se dedican a ella es ganar elecciones y sólo en sus ratos libres trabajar por el bien común de la ciudadanía. Así nos luce el pelo.

lunes, 15 de junio de 2009

La feria del libro y el 10%

Y, con la que está cayendo, la feria del libro de Madrid ha cerrado con un incremento de ventas del 10%. A las sorpresas ya nos estábamos acostumbrando, pero encontrar una en un periódico y que ésta, deportes aparte, sea buena, era algo francamente desacostumbrado últimamente, así que cabe felicitarse doblemente por esta noticia antes de que alguien nos la estropee instrumentalizándola y tratando de ponerle un disfraz de brote verde que, francamente, no le sienta especialmente bien.

lunes, 8 de junio de 2009

La dulzura de las cosas que no son dulces y otras valoraciones sobre las elecciones europeas

Las derrotas dulces, además de derrotas como su propio nombre indica, son peligrosas porque son ciertamente difíciles de administrar, desde luego más difíciles que las victorias exíguas. Si tan dulces fueran las derrotas por escaso margen, los vencedores la envidiarían, y no se conoce el caso. En el PSOE debieran saberlo bien porque recuerdo la cara de satisfacción que lucían todos sus dirigentes por la supuesta dulzura de su primera derrota frente al PP en las generales y las proporciones de la siguiente. Y es que las derrotas deben ser motivo de reflexión, deben suponer una cierta catársis que permita el análisis y el relanzamiento, pero nunca deben ser motivo de autocomplacencia por mucho que sea una evidencia de que podía, o tal vez debía, haber sido mucho peor. De modo que bien haría el PSOE en dejar de lado los paños calientes y la culpabilidad del empedrado y dedicarse a digerir el hecho de que han perdido, porque es la única manera de evitar que se convierta en costumbre.
IU parece haber frenado su caída libre y eso debe ser (mejor dicho, es) motivo de satisfacción, pero no es suficiente. Se puede decir algo parecido que en el caso de los socialistas: mal harán en conformarse. El país necesita una fuerza de izquierdas con un peso que hoy no tiene la coalición y el hecho de ser la única fuerza progresista relevante no es suficiente. El hecho de que los votos que pierde el PSOE no vayan a IU es el principal motivo de reflexión, no las leves alteraciones de la tendencia que puedan sufrir. En cualquier caso han hecho una buena campaña y un buen programa, han transmitido sensación de unidad y a mi modo de ver han hecho bien las cosas y si continúan por este camino y lo culminan con una refundación en la que verdaderamente tengan cabida las múltiples sensibilidades de la izquierda de nuestro país, no me sentiré defraudado por haberles dado mi voto.
UPyD sí que tiene razones para la satisfacción, aunque en mi modesta opinión las noticias que son buenas para el invento de Rosa Díez distan mucho de serlo igualmentre para el país, dado el cariz populista y carente de democracia interna de ese partido. En cualquier caso, el auge de UPyD tiene algo muy bueno: demuestra que es posible construir una alternativa basada en una tercera vía. La lástima es que esa tercera vía se encuentre únicamente en sus discursos, no en sus actos y que en la práctica, en lugar de una alternativa ciudadana nos encontremos ante una expresión más, aunque de otro signo, del nacionalismo populista, excluyente e identitario que dicen combatir.
Y sobre ciudadanos, ¡qué decir! Tal vez lo más apropiado fuera no decir nada, puesto que estan elecciones han definido claramente el campo al que sus dirigentes han abocado a la que fuera una ilusionante alternativa: la irrelevancia, la indiferencia. No obstante es preferible ser constructivo y desear que esta derrota sirva para reencontrar el rumbo perdido. Estas elecciones pueden haber representado para C´s lo que para Ebenezer Scrooge supuso la visión de las navidades futuras en el cuento de Dickens, ya han visto claramente el páramo al que se verán abocados si no corrigen el rumbo, por lo demás errático, que han tomado estas elecciones. Esperemos que lo hagan, yo personalmente no les deseo ningún mal, pero la senda de Libertas, Intereconomía y el Partido de las Familias Polacas me resulta, al igual que a muchos otros, imposible de seguir.

viernes, 5 de junio de 2009

2666

Es bien sabido que, tras la muerte de su autor, 2666 se ha convertido en un fenómeno editorial de grandes proporciones en Estados Unidos, y se suelen exponer dos hechos como origen del mismo: la contratación de Andrew Wyllie, "el Chacal", como agente en aquel país y la recomendación que del libro hizo en su programa Oprah Winfrey. La novela, que Bolaño concibió para ser publicada en cinco entregas pero cuyos herederos junto con Jorge Herralde, el editor, decidieron con buen criterio publicar finalmente en una única y magistral aunque inacabada entrega, es para mi gusto una obra maestra indiscutible, probablemente la mayor de las letras hispanas en las últimas décadas, pero no se puede decir que sea de lectura fácil ni que esté dirigida a un público de masas, de forma que, además de alegrarme profundamente, el éxito postumo de Bolaño en EE.UU. siempre me intrigó un poco. No hace mucho oí hablar nuevamente de este tema en el programa de Toni Garrido, en radio 1, y, para mi sorpresa, pude comprobar hasta qué punto es surrealista la historia, porque las palabras de Oprah que se aceptan como en punto de partida del exitoso viaje de la obra a lo largo y ancho de los EE.UU. fueron, nada más y nada menos, que ¡una analogía con Harry Potter!, algo así como que no había sentido nada parecido desde que leyó las aventuras del niño mago por primera vez. No tengo nada contra J.K. Rowling ni contra sus libros, seguro que me entretendrían mucho si los leyera, pero no puedo ni imaginarme qué puede llegar a pensar un lector que aborde 2666 esperando encontrarse un libro de aventuras cuando descubra qué clase de libro tiene entre las manos. Entiendo ahora el motivo del boom de ventas, semejante recomendación en un programa con audiencia que se cuenta por millones no es para menos, pero, visto lo visto, pienso que conocemos las cifras de ventas, aunque me gustaría saber cuantos de esos libros comprados han sido leídos realmente.
Sea como sea hay que alegrarse del éxito de un genio como Bolaño, aunque sea tarde y aunque sea en parte a cuenta de una comparación que habría asumido como un puñetazo en la boca del estómago, pero eso no hace precisamente menos llamativa la paradoja de que una de las mayores obras maestras de la literatura escrita en nuestro idioma le deba su éxito en otro a una de las mayores necedades que se hayan dicho en relación a ella en cualquier lengua del planeta. Nosotros no tenemos esa suerte, en nuestro país las necedades, necedades son y son reflejadas como tales en la prensa y las interpretamos como las sandeces que son, por mucho que generalmente las digan políticos en campaña (profusamente en ésta última, la más fútil, pobre y falta de brillo que se recuerda) y haya incautos que incluso se las crean. Pero, a diferencia de Bolaño, no sacamos nada positivo de ellas, ni individualmente, ni como sociedad, así que cabe preguntarse porqué mantenemos semejante empeño unos en generarlas, otros en publicarlas y nosotros en leerlas.

jueves, 4 de junio de 2009

Los brotes... psicóticos

Es preciso, para quienes hablan habitualmente en público, ser capaz de controlar férreamente al subconsciente, porque de lo contrario, cuando dice uno algo que no es realmente lo que piensa, corre el riesgo de que éste, de natural juguetón, modele las palabras a su antojo y les de una apariencia grotesca muy alejada de la intención inicial del orador. Debe ser el caso de Leire Pajín, quien junto con su pico de endorfinas quiso comunicarle al mundo la buena nueva de que Zapatero es el nuevo mesías y de su mano todos nuestros problemas desaparecerán en cuanto sus obligaciones como ministro de deportes le dejen un poco de tiempo libre para arreglar el mundo, pero, para no parecer la portavoz de una secta, trató de darle una pátina de modestia compartiendo el mérito con otros personajes en virtud de su difusa adscripción ideológica y en lugar de decir que Zapatero junto con Obama, su becario aventajado (a quien se le permite compartir el mérito únicamente por la magnificiencia del maestro, no porque su papel sea, en cualquier caso, relevante), iban a iluminar el camino que llevaría a la humanidad a un futuro feliz, pleno de igualdad y armonía, y dijo eso del acontecimineto histórico para el planeta que llenaba de esperanza a la humanidad, o así. Como ridículo lo habría sido igual lo uno que lo otro, pero lo primero, lo que realmente parece pensar, lo de la secta, vamos, al menos habría sonado sincero y, a falta de otras virtudes esperables, la sinceridad mantiene ese cierto encanto discreto que siempre es bien recibido entre la ciudadanía, y más si viene de un político.
Hay que disculpar a Leire Pajín, en su obsesiva búsqueda de brotes acabó encontrando uno, aunque levemente psicótico, eso sí, inconvenientes de la inconsistencia intelectual, y la euforia consecuente al deseado hallazgo debió hacer que no fuera plenamente consciente de lo que decía. Porque la comparación de sus palabras con la realidad ofrece un contraste digamos que rotundo, no sólo porque como izquierdista Obama no pase de ser la Coca-Cola Light del progresismo, sino porque como profeta, Zapatero recuerda mucho más a Warren Sánchez que a ese nuevo mesías que algunos, incomprensiblemente, tratan de vendernos. Y no es que con ello esté descalificando a ninguno de los dos insignes líderes, todo lo contrario, no soy desde luego la persona cuya opinión de ambos sea la peor que he oído, pero lo que no estoy dispuesto a aceptar y me sorprende que a estas alturas todavía haya quien intente venderlo, es este patético y artificial culto a la personalidad que, contrariamente a los deseos de los vendedores, consigue transformar la imagen del personaje público al que se trata de promocionar en la de un vendedor de coches de telecomedia made in usa.

miércoles, 3 de junio de 2009

Libros



Coincidiendo con la celebración de la tradicional Feria del Libro de Madrid, quisiera dedicar un pequeño espacio a recomendar dos de los libros de autores españoles que más me han gustado estos últimos tiempos. Una, Ana María Matute, es una veterana de la que poco queda por decir, una narradora prodigiosa que ha logrado poner en pie una historia de infancia incomparable en su belleza y sobrecogedora en su dureza, porque no destaca precisamente la autora por hacer concesiones a la sensiblería. El otro, Ricardo Menéndez Salmón, es un autor joven de prosa cuidadísima, extraordinariamente brillante, que ha conseguido una novela tan deslumbrante como aterradora, una narración que se lee en apnea, pero del tirón, porque que es imposible dejar de leerla aunque a ratos, aterradores ratos, lo que parezca imposible sea continuar haciéndolo. Ambos son libros magníficos, me atrevería a decir que imprescindibles, y confío en que este pequeño homenaje haga las veces de recomendación, porque ambos merecen la pena.

La proporcionalidad como disfraz

Hasta hoy este blog tenía como subtítulo "comentarios de actualidad política", pero el actual estado de ésta no hace sino abundar en la desilusión y la distancia que como ciudadano siento por ella, y sus protagonistas no ayudan a que sea de otra manera, más bien al contrario, de modo que he sustituido esas dos palabras, actualidad y política, que percibía ya como esclavitudes, voluntarias y más de corsé que de cadena, pero esclavitudes al fin y al cabo, y con ello ampliar el campo de acción del blog. A partir de ahora, sin abandonar necesariamente la política, esta bitácora tendrá un carácter más personal y más libre, en el sentido de que en él cabrá cualquier tema.
Concluida la declaración de intenciones, sin embargo, como la costumbre es mucha y poderosa, hoy aún hablaré de un tema político, que en realidad no es sino una de las muchas razones por las que cada vez la percibo como algo más ajeno. Y es que se ha convertido nuestra actualidad política en algo difícilmente interpretable, no se exponen hechos sobre los que cada cual argumenta su versión y muestra así su visión de la realidad, sino que unos y otros exponen hechos que el contrario niega pero jamás explica. Caso claro es el de Fundescam y el PP de la comunidad de Madrid, unos vierten acusaciones gravísimas de financiación ilegal y otros dicen que son falsas, pero nadie explica realmente qué ha pasado. De la naturaleza delictiva o no de esos hechos dará cuenta la justicia, pero no es de recibo que a estas alturas no sepamos si nada de lo publicado, de los hechos, no de los editoriales ni de las declaraciones, ha sucedido o no y nos vemos abocados a que la realidad sea no sólo diferente según el periódico que la cuenta, sino a menudo contradictoria.
Respecto a la Comunidad de Madrid, es de destacar cómo se pervierte esa realidad ya de por sí difícilmente interpretable, mediante la pública exposición de un collage en el que se colocan juntos nobles principios y retazos de actualidad sin que en realidad exista entre ellos excesiva relación, orden ni concierto, pero que observado de lejos deja una apariencia difusa de honestidad que nada tiene que ver con lo que en realidad ocurre. Dice la presidenta Aguirre, por poner un ejemplo, que la COmunidad que preside no aporta los 500€ en ayudas a la compra de coches por una cuestión de principios, porque ella defiende la proporcionalidad y por tanto su ayuda se articula en un descuento en el impuesto de matriculación que oscila entre los 150 y los 3000€, según el caso. Es cierto que la ayuda del Gobierno no es proporcional y por tanto es mejorable, pero olvida la presidenta que para que la proporcionalidad se transforme de concepto matemático en noble principio debe tener algún apellido, en concreto debe ser proporcional a la renta, no al gasto, y además inversamente proporcional, no directamente, porque de lo que se trata es de ayudar al que más lo necesita, es decir, al que menos tiene, no al que más capacidad de gasto y por tanto menor necesidad tiene. Para un coche medio, de los que la clase media a la que dice defender se puede permitir, la ayuda es de unos 150€, 350€ menos que para muchos ciudadanos españoles que residen en otras comunidades, y la ayuda sólo es superior a la media en coches de muy alta gama. La Comunidad de Madrid es muy dueña de elegir la manera en que ayuda a sus ciudadanos, toda ayuda es buena y es de agradecer, pero si se opta por un modelo que supone una clara discriminación de las rentas bajas frente a las altas (la ayuda lineal de 500€ tampoco es proporcional ni ayuda más a quien más lo necesita, dicho sea de paso), se debería ser consecuente con sus decisiones y exponerlas tal y como son, no ponerles un traje noble de ayuda al necesitado que no les sienta nada bien. Gobierno y Comunidad han elegido dos modelos injustos para revitalizar el mercado automovilístico, y no se trata de defender uno u otro en función de afinidades ideológicas o beneficios personales, sino de denunciar los defectos ambos, elogiar sus virtudes y en cualquier caso demandar un modelo razonable, justo, igualitario, homogéneo y efectivo sea en éste sector como en cualquiera de los muchos otros en que es responsabilidad del Estado intervenir en defensa de los intereses de los ciudadanos.

martes, 2 de junio de 2009

Del compromiso a la arrogancia: porqué Pedro J. no es Zola ni debiera intentar parecerlo

Se habla mucho del futuro de la prensa en papel en un mundo cada vez más digital, lo que no se ha argumentado, o al menos yo no lo he oído, es la razón que hoy expone tan clara como involuntariamente el diario El Mundo: el papel, el de su periódico, sí, pero el papel en general, se ha convertido en un recipiente demasiado pequeño para contener el ego de su director, que si ya era desaforado, desde las últimas elecciones generales ha sufrido una suerte de big bang y se mantiene en constante expansión. Si ya había rebasado sobradamente los límites que la modestia y la prudencia, por no hablar de la ética, deberían marcar a un periodista, hoy ha rebasado groseramente los del pudor, poniéndose en la piel de Émile Zola, un traje que a todas luces le va grande, y endosándonos un "J'Acusse..." a cuenta de su propia paranoia que, además de hacer que los restos del pobre Zola se revuelvan en su tumba, indignan por lo que de grotesca instrumentalización del dolor ajeno en beneficio particular tienen. Al menos, al compararse, dice dos verdades: "supliré con constancia y empeño mis menores dones literarios", porque sí, es cierto, la constancia y el empeño hay que reconocérselos, los menores dones literarios no es necesario, basta con leerlos a ambos, no es elegante refocilarse en la desgracia ajena. Sólo que si uno es consciente de sus limitaciones y no las expone por falsa modestia, además debe ser consecuente y no tratar de desempeñar un papel a todas luces por encima de su capacidad.
Todo ello referido a la forma, soy de natural refractario a las teorías de la conspiración y, además, no soy un gran conocedor del fondo y por tanto asumo la verdad judicial que, en un sistema democrático, es la que se supone debería ser más fiel a la verdad sin adjetivos. Desconozco porqué las investigaciones de este perito deben tener más crédito que las de los demás que han dicho lo contrario, en el ejercicio de sus funciones, además, pero si hubiera algo que investigar sobre el tema, desde luego que debe ser investigado, nada tiene que ver lo uno con lo otro y autoridades y mecanismos tiene nuestro sistema para decidir lo que se debe hacer. Lo que critico no es que quienes discrepen de una sentencia determinada continúen lo que honestamente consideran su búsqueda de la verdad por otros medios, siempre que sea así, honestamente, sino la grandilocuencia desmedida, la falta de pudor, la constante puesta en cuestión de los principios sobre los que se asienta el sistema cuando de éste no resulta lo que quienes lo cuestionan deseaban. Más que vocación de servicio, creo ver en el señor Ramírez un afán desmedido por hacerse un hueco en la historia de nuestro país, ya lo intentó presumiendo de que ponía y quitaba presidentes (y candidatos), y el tiro le salió por la culata, y ahora pretende buscar más protagonismo del que le corresponde con un discurso tan grandilocuente como irrespetuoso con el estado de derecho. Desconozco, ya digo, cuánto de verdad puede haber en su denuncia y asumo, como no puede ser de otra manera, que la que haya, mucha o poca, debe ser tenida en cuenta por las autoridades, porque la actitud del denunciante es lo de menos en comparación con los hechos denunciados, pero eso no significa que la actitud de este denunciante en concreto sea completamente inapropiada, digna de reprobación y profundamente perniciosa para la sociedad a la que dice servir.